Desde estas líneas queremos compartir nuestra experiencia del cambio que supuso, contactar con un proveedor de un servicio para nuestra boda a terminar charlando entre amigos viendo nuestro álbum de fotos de la boda tomando un rico vino…

Queríamos que nuestra boda fuera un día espectacular, imborrable, mágico y eterno.

La primera misión tenía que ser elegir el lugar. Conocíamos varias fincas y bodegas por bodas anteriores, pero no las conocíamos a fondo. Lalanne estaba entre nuestras opciones favoritas, después de la primera visita a la bodega descubriendo todos los rincones y conociendo a Leonor con su forma de implicarse, tuvimos claro que la primera misión ya la habíamos conseguido, nunca nos encontramos esa puerta cerrada para cualquier tipo de duda y fue una ayuda importantísima. Por lo que con Leonor se empezaba a labrar una amistad que iba más allá de su trabajo como proveedora de la finca de nuestra boda. Leonor pasó a ser Leo.

La bodega es un lugar encantador, acogedor, con historia, diferente y único, no sólo es un patio espectacular lleno de color, vegetación y arquitectura, no sólo son varios salones de barricas que parecen sacados de una revista de decoración, no sólo es un museo del vino abierto al público el día de tu boda, no sólo es un comedor con mucho estilo y calidez, no sólo es un jardín rebosante de paz y tranquilidad. La bodega no es sólo eso, sino que es todo eso, más Leonor y Laura. Capital humano a raudales.

La semana previa a la boda, Leo, aún fue más nuestra coach, nuestra motivadora, se implicó de tal manera, que nos parecía que se casaba alguien muy cercano para ella. Lo que para nosotros supuso una gran tranquilidad, muy necesaria en esos momentos. El día de la boda salió todo a la perfección, siempre con Laura y Leo vigilando cada uno de los detalles y tiempos de la boda. Volvimos nuevamente nada más tener el álbum de fotos de la boda, para compartirlas con una de las personas más importantes de la preparación. Volvimos y volveremos muchas veces más.

Queremos terminar agradeciendo a la familia Lalanne, con estas líneas, su colaboración para que nuestro sueño se hiciera realidad. Agradecerles el antes, el durante y el después. Agradecer sobre todo a Leo, por su paciencia, por sus consejos, por su vitalidad, por su alegría, por su compresión, por su disponibilidad absoluta y, a veces, a costa de su tiempo familiar.

GRACIAS.

Fotos de Miguel Ángel Muniesa.